miércoles, 28 de octubre de 2009

De Ojos vacíos

De luces amarillentas… sofocadas por el smog, de caras mancilladas y ojos hundidos…
La urbe resuena, con sus repiqueteos constantes y explosiones lejanas, el recuerdo de una colorida urbe… con el rugido incesante de multitudes embriagadas de la sobriedad del ambiente, de promesas perdidas en el pasar del tiempo. Recuerdos tatuados en el smog, el concreto y la memoria de aquellos que la vieron brillar.

Es simplemente el corazón desgarrado por los años de abandono… las sombras que devoran todo a su paso imitando a los predadores que se alimentan de los corderos autómatas que llenan lugares en el flujo de vida de ésta ciudad. La frustración, el llanto, el necesitado, el desatendido, el que todo lo tiene y el que sólo quiere escapar de una manera u otra… Y esperanzas puestas en lugares desconocidos de maneras poco comunes… pero -¿a qué he de llamar común en un presente cómo este?- es solo la respiración pesada del viajero urbano… ¿qué ha de pasar con la ciudadanía perdida?- seguir jugando al cordero que sigue el flujo es el futuro desdichado del cordero urbano!?